domingo, 3 de noviembre de 2013

Entrevista a Álex Rivera de los Ríos


Álex Rivera de los Ríos es, además de chef profesional y traductor de francés, uno de los más destacados narradores arequipeños, es así que en el dos mil doce ganó el primer lugar en el II Concurso de Cuentos Cortos organizado por la Universidad Católica San Pablo. Ha publicado una colección de relatos titulada “Nena”, muy bien recibida por la crítica local.

Señor Álex Rivera, ¿Cómo nace su vocación de escribir?
Decidí ser escritor a los 16 años. Había leído mucho para entonces. El libro que cambió mi vida fue "La casa de cartón", de Martín Adán. La literatura, entonces, pasó a ser lo más importante. El centro de mi vida, puedo afirmar.
Entonces, ¿qué significa para usted ser escritor?
El escritor es quien lleva a la página aquellas vivencias que no puede realizar en la realidad, aquellos demonios que no puede exteriorizar sin ser considerado un inadaptado. La verdad no sé bien qué es ser un escritor. Considera que lo que acabo de decirte solo es algo retórico. En todo caso, mi concepto de escritor es aquel que debe escribir para vivir; escribir ficciones que lo mantengan vivo.
En todo caso, ¿cuáles considera que deben ser los principales atributos de un buen escritor?
Disciplina. Disciplina en la escritura y en la lectura. Solo eso. Odio a los escritores que hablan de lo que van a escribir o están escribiendo. Deberían, en lugar de estar hablando de eso, estar escribiendo. Escribir al menos 4 horas diarias, leer el resto del día. Luego de eso, no el escritor puede darse el lujo de conocer amigo, viajar, beber. Generalmente lo escritores no tienen virtudes. Siempre digo que, muy al contrario de lo que piensan muchos, los escritores son seres abyectos y despreciables, llenos de complejos y miserias. Me incluyo, por supuesto.
¿El escribir bien no es una virtud?
El escribir bien es el producto de la disciplina. Pero yo me pregunto: ?Qué es escribir bien? Hacer párrafos correctos, atrapar al lector, hacer éxitos comerciales? Hay grandes escritores cuyas formas de escribir son totalmente contrarias, pero a pesar de eso siguen siendo buenos. Creo que escribir bien es descubrir y ahondar en la condición humana. Luego de eso, "escribir bien" puede hacerlo cualquiera.
¿Usted qué busca con su escritura?
Busco muchas cosas. Descubrirme a mí mismo. Vivir otras vidas. Escapar. Hacer belleza. Matar a mis demonios, mis traumas. Creo que mi objetivo principal es tratar de escribir libros parecido a aquellos que me emocionaron, enriquecieron y marcaron. Después de eso, no sé qué más busco. Uno escribe y ya. Como comer y dormir, es necesario para vivir. Usted que también es escritor sabrá comprenderme.
Y así es. Pasando a su libro "Nena". Díganos: ¿cómo fue la gestación de este?
Es una historia compleja. Antes de Nena había escrito otro libro de cuentos. Lo tenía listo a los 20 años. Muchos de esos cuentos los leyó y corrigió Edmundo de los Ríos. Lamentablemente, los tenía guardados en mi computadora. Un día, no sé quién (de seguro un familiar mío), descargó un programa con virus de Internet y la computadora falleció. Perdí todo el libro. Me sentí muy triste. Luego murió Edmundo y dejé de escribir durante buen tiempo. Pero ahora me siento contento. No debí publicar ese libro, no porque fuera malo, sino porque en ese momento no tenía nada bueno que decir. Empecé a escribir Nena a partir de que conocí a mi enamorada, quien me ayudó mucho. Quería hacer un libro de cuentos que no estuvieran unidos, que solo mostraran distintas facetas de mi personalidad. Un día los junté, los envíe a Arthur Zeballos y él, para mi gran felicidad, me dijo que quería publicarlo. Me llevó cuatro años escribir Nena.
Cuéntenos de su relación con Edmundo de los Ríos, ¿cómo influyó en su obra?
Edmundo es importantísimo en mi vocación. Me dio muchos consejos, me dijo qué leer y que no leer, ser humilde y no volverse un intelctualoide. Yo leí su novela sin saber que era mi tío abuelo. Cuando me enteré, me volví loco por conocerlo. Cuando logre visitarlo en su casa en Lima, en lugar de decepcionarme por lo desordenada, paupérrima y loca que era su vida, recuerdo que me dije: "Yo quiero ser como él". El cuento que le presta el título al libro, Nena, está dedicado a él, y es una especie de humilde homenaje a su obra.
Luego de haber dado a la estampa "Nena" cuéntenos cómo ha influenciado esta experiencia  en usted como autor y en su visión de la literatura.
Me ha cambiado la vida en muchos sentidos. Y para bien, por suerte. A un tipo como yo, que se considera tímido y casi antisocial, puede parecer muy extraño el hecho de ver su careta en un periódico, que le hagan entrevistas o que lo inviten a conversatorios. Es extraño, pero es parte de ser un escritor. Nena me ha inyectado de fuerzas para el siguiente libro. Quiero que el siguiente libro sea mucho mejor, que no cometa los errores que cometí en el primero, que sea más ambicioso. Escribir es lo más importante. Espero que nada me impida cumplir mis objetivos. Tengo muchas metas. Por otro lado, Nena me ha permitido conocer a nuevos y valioso escritores, nuevos camaradas en las letras y, sobre todo, nuevos libros. En Arequipa y, en general, en todas las provincias se está haciendo muy buena literatura. (Risas)
Y por último ¿qué nos depara el futuro con respecto a la narrativa de Álex Rivera?
Espero que mi próximo libro sea una novela. Tengo el argumento, la estructura y hasta el final hace mucho tiempo. Ahora estoy en el proceso de investigación y de los primeros borradores. Espero que todo salga bien. Espero, por fin, concretar mi propia voz. Sin embargo, eso no quiere decir que deja a un lado el cuento. Este género me ha marcado y no me quitaré el clavo hasta escribir un libro de cuentos que realmente rocen la perfección, que es el requisito indispensable para su endiablada construcción. Pienso que este es el siglo de los cuentistas. Me sorprende confirmar que hoy en día muchos escritores jóvenes se proyectan solo como cuentistas. Hace quince años eso era imposible. Así que se respiran nuevas y buenas vibras. Se vienen buenos tiempos y, sobre todo, bueno escritores y buenos libros.
Muchas gracias señor Rivera por compartir este tiempo con nosotros y concedernos esta interesante entrevista. Esperamos escuchar más de usted y le deseamos muchos éxitos.

No, gracias a usted.

lunes, 5 de agosto de 2013

Libros para las vacas

Cada vez que voy a entrar de vacaciones hago una lista de libros que debo leer antes de que estas terminen. Estoy seguro: hay libros que se deben leer cuando uno está de vacaciones. ¿Por qué? Pues por el tiempo, hay libros que son muy largos (y muy buenos) y que si leemos durante el año, cuando otras tareas nos ocupan, terminaremos en meses y el placer no será el mismo. Hay otros libros que, pueden o no ser largos, nos atrapan de tal manera que estamos dispuestos a dejar de comer, dejar de dormir y cancelar todos los compromisos que se tengan con tal de continuar leyendo.
Estas son mis recomendaciones para las vacaciones:
1.  El cuarteto de Alejandría de Lawrence Durrell
Cuatro novelas imperdibles. En las primeras tres se cuentan más o menos los mismos hechos pero de diferentes perspectivas y la última continúa la historia en el tiempo dejando al lector con ganas de más. Darley, es un joven diplomático, que se enamora de la bellísima Justine, una mujer enigmática que oculta cosas que se irán revelando con cada novela. Intrigas políticas, amor, locura y Alejandría. De verdad imperdible.
2.  El nombre de la rosa de Umberto Eco
Esta es la novela que te puede matar de hambre. En pleno siglo XIV, un monje franciscano llega a un convento benedictino para preparar una reunión entre los enviados del Papa y la cúpula franciscana. Cuando llega se enfrenta a unas extrañas muertes que el abad del convento le confía investigar. Una novela policiaca ambientada en la Edad Media, con sus buenas dosis de discusiones teológicas, erudición al alcance de todos y muchísimo misterio. Imposible parar de leerla, uno desea con todo su ser saber que ocurre y dejará de comer y dormir hasta enterarse.
3.  Vida y destino de Vasili Grossman
Muchas historias entrelazadas alrededor de la batalla de Stalingrado en la Segunda Guerra Mundial, vista desde el lado soviético. Esta novela sí es imposible de leer si no es en vacaciones: mil cien caras y más de ciento cincuenta personajes (no es necesario decir que es rusa). Simplemente colosal. Podría parecer intimidante, pero en ella no cabe el aburrimiento y las emociones siempre están a flor de piel. Cuando la acabé me apenó que no fuera más grande.
4.  Moby Dick de Herman Melville
Llevé esta novela a Mollendo en vacaciones, planeando leerla en la playa, creí que en ella encontraría un buen libro de aventuras marinas que me entretenga un rato. Error. Esta no es solo una novela de aventuras. Sí, las aventuras no faltan, pero las reflexiones, la información dosificada y el ambiente épico hacen de este libro una verdadera delicia.


5.  Hijos de la medianoche de Salman Rushdie
Si alguna vez he estado a punto de convertirme en groupie de alguien ha sido de Salman Rushdie después de leer Hijos de la medianoche. ¡Qué bestia! No podía dejar de hablar de ella, buscaba cualquier oportunidad para contar de qué iba la novela y lo espectacular que era. Saleem Sinai nace, entre vítores y festejos,  la medianoche del quince de agosto de mil novecientos cuarenta y siete, al mismo tiempo que la India se independiza, desde entonces su destino queda ligado al de su patria y las cosas que le ocurran serán reflejo de las que le ocurran a esta. Un relato bellísimo, conmovedor, lleno de magia, política, amor, historia y todo lo que uno pueda pedir.
6.  Doctor Zhivago de Boris Pasternak
Al leer Doctor Zhivago uno se llega a sorprender de lo rápido que puede leer. Y cómo no devorar la vida de Yuri Zhivago, médico que sufre la convulsionada Rusia de principios del siglo XX, con guerra mundial, revolución y guerra civil incluida. Aunque a veces se roza el patetismo, no resta el placer que este magnífico libro otorga, es tan bueno que uno se olvida y perdona, solo quiere que Yuri alcance un final feliz. Muy recomendable.
7.  Bella del Señor de Albert Cohen
De todas estas novelas que estoy recomendado, para mí, sin lugar a dudas, esta es la mejor. No sé si la mejor para leer en vacaciones pero sí la mejor de estas novelas. Cohen es un maestro para describir la mecánica de las relaciones amorosas (en mi opinión mejor que el Proust de Por el camino de Swam). Y no se contenta con eso, sino que fascina y deslumbra con su retrato del ambiente diplomático ginebrino de entreguerras y hace reír con las aventuras de “Los Esforzados”, los locos familiares de Solal, el protagonista de la novela, un hombre apuesto al que ninguna mujer se le resiste y que enamora a Ariane, la bellísima esposa de uno de sus subordinados en la Sociedad de Naciones. Una novela que no se puede comparar con muchas, novela de las que hay que leer antes de morir y que uno salvaría del apocalipsis.
8.  La vida instrucciones de uso de Georges Perec
¿Cómo empezar a comenta La vida instrucciones de uso de Georges Perec? Un libro rarísimo, en el que todo tiene un lugar exacto, en el que hasta el mínimo detalle está calculado matemáticamente. Un libro lleno de historias: extrañas y triviales. Un libro atrapante, pero en el que a veces te pierdes. Un libro rarísimo, ya dije. En él se cuentan las historias de los actuales y antiguos habitantes de un edificio parisino, contadas a propósito de sus habitaciones y los objetos que se encuentra en ellas, esto siguiendo un orden preestablecido por una fórmula compuesta especialmente para el caso que nos dice que habitación, historia, objetos y personajes irán en cada capítulo. El goce intelectual es sencillamente indescriptible.





lunes, 15 de octubre de 2012

Mis lecturas de setiembre


En contra de mis predicciones a consecuencia de la feria del libro he podido leer algo este mes:

La conjura de los necios
de John Kennedy Toole

Ignatius J. Really es uno de los mejores personajes de la literatura, definitivamente el que permanecerá más tiempo en mi recuerdo. Él tiene treinta y un años, vive con su madre y sufre por culpa de un mundo carente de geometría y teología. Es sumamente extravagante y disparatado. La novela cuenta sus aventuras después de verse obligado a conseguir trabajo por culpa de un accidente que sufre junto a su madre.
Mientras leía esta novela solo paré de sonreír cuando moría a punta de carcajadas. Una historia hilarante que a la vez muestra un mundo decadente bajo una mirada singularísima. Definitivamente el libro más divertido que he leído en lo que va del año, de cuya influencia será imposible deshacerme. No escribo más porque me pasaría contando las anécdotas que le pasan al vil Ignatius Reallly.




La vida del buscón
de Francisco de Quevedo

Esta es la historia de Don Pablos, un pícaro español del siglo XVII que intenta de todas formas hacerse con una vida repleta de lujos y reconocimientos pero que cae una y otra vez de forma cada vez más divertida, aunque algunas veces sí lo consigue y los resultados son tan extraños como cómicos. Sus métodos carecen de moralidad, pero también de aburrimiento.
Un libro que ofrece infinito humor y placer por su español ambiguo e inteligente y lo extraño y entretenido de sus sucesos.

Decadencia y caída
de Evelyn Waugh

Paul Pennyfeather es expulsado injustamente de su centro de estudios por un escándalo del que no fue culpable. Es por eso que se ve obligado a trabajar como profesor en un colegio para luego convertirse en el pretendiente de una rica dama de alta sociedad y terminar luego en la cárcel.
Una vida muy entretenida en el que el protagonista es zarandeado brusca y divertidamente por el destino. Un humor al que no estaba acostumbrado pero que de todas maneras me dio gran goce y me entretuvo buenas horas.

Beloved
de Toni Morrison

En el 2006 el New York Times publicó una lista de las mejores novelas estadounidenses de los últimos veinticinco años y esta ocupó el primer lugar (por encima de Pastoral Americana, Meridiano de Sangre y La conjura de los necios).
El libro narra la historia de Seth, una ex-esclava que vive junto a su hija Denver en una casa que tiene una maldición gracias a la cual nadie se acerca a ellas. Esta maldición proviene de un suceso oscuro y moralmente confuso, un infanticidio cometido por Seth a poco tiempo de haber escapado de la esclavitud. Seth mata a su hija Beloved, al ver que sus antiguos amos iban a tomar posesión de su propiedad y llevarla de regreso, para que no sufra lo que ella tuvo que sufrir y pueda sentir lo que es ser dueño de uno mismo.
Una narración maravillosa que tiene ecos de Faulkner y nos muestra el mundo de la esclavitud y el sufrimiento de una mujer bajo este régimen terrible, además de la vida de los esclavos luego de su liberación. Una lectura en la que cuesta ligeramente entrar pero de la que no se puede salir. Excelente, impactante, pero no me atrevería a decir que mejor que Pastoral Americana, Meridiano de Sangre o La conjura de los necios.

miércoles, 5 de septiembre de 2012

Lecturas de agosto


Herzog
de Saul Bellow
Moses E. Herzog se recluye en su casa rural luego de la ruptura de su segundo matrimonio y los intentos para hallar la estabilidad. Desde allí se dedica a rememorar los momentos claves de su vida que lo convirtieron en lo que es ahora y a escribir cartas dirigidas a toda clase de personajes, desde sus amigos a desconocidos, pasando por famosos y gente muerta.


Antes de Herzog, solo había leído de Bellow “El diciembre del decano”, una novela interesante, pero pesada, una novela que me hizo esperar más de este titán judeo-americano del que tan bien me habían hablado. Sin embargo con “Herzog” cubrí y superé largamente mis expectativas, un libro hermoso y contundente, de los que no pueden faltar en ninguna biblioteca personal, o mejor dicho: no importa que falte, pero que haya sido leído.

Sophie
William Styron
Stingo, un joven del sur de los Estados Unidos, va a Nueva York para convertirse en escritor, allí conoce a Sophie, una polaca sobreviviente del Holocausto, y a Nathan, un joven judeo-americano. Ellos lo sumergen en sus vidas y problemas haciéndolo su gran amigo, él desentrañará secretos de sus amigos que no podrán dejarlo tranquilo.
Esta novela, sin lugar a dudas, es una de las mejores que he leído en el año. Si tuviera que recomendar un libro a alguien que quiera escribir le recomendaría este. Un manejo de la trama solo comprable a Faulkner. Impresionante la forma como pasa de los problemas de Stingo con las chicas a las atrocidades más crueles del régimen nazi. De lectura fluida y envolvente. Imprescindible.

Nueve cuentos
J.D. Salinger
Extraños, apasionantes, amenos, recomendables. Un buen descanso entre tanta novela.

Un puente sobre el Drina
Ivo Andric
La vida de Vichegrado transcurre alrededor de su puente: amores, esperanzas, asesinatos, ajusticiamientos, revueltas, muchas, muchas historias. Este libro es la crónica de ese puente, desde su construcción en el siglo XVI hasta la Primera Guerra Mundial, pasando por los periodos de dominación Turca y Austro-húngara, el nacionalismo Serbio y más.
Este libro es uno de esos en los que esperaba algo diferente de él y es por eso que talvez no lo aprecié con justicia, sin embargo es innegable el valor de esta gran épica, tan atrapante en algunos momentos y didáctica en otros. Me gusto muchisisisísimo, pero creí que me gustaría mucho más.

domingo, 5 de agosto de 2012

Mis lectura de Julio


Un día en la vida de Iván Denisovich
de Alexander Solzhenitzyn
Al terminar de leer este libro me sucedió algo extraño: yo daba vueltas por mi casa ensimismado pensando en lo que acababa de leer y me encontré una pastilla de chocolate de La ibérica, mecánicamente la cogí, le quité el papel aluminio y me la metí a la boca. En ese momento empecé a saborearla  y sentí que era lo mejor que había probado en mi vida. Me sentí inmensamente afortunada. La lectura me había acostumbrado a comer gachas y a tratar de aprovechar desesperadamente los últimos restos de sopa fría y sin sustancia sobando con un pan la miserable escudilla. Ahora comía un pedazo de chocolate y mi alegría era incomparable.
Un día en la vida de Iván Denisovich es el relato de la vida de un prisionero en un campo de trabajos forzados soviético en Siberia. Sus tormentos y sus esperanzas. Un testimonio desgarrador, la degradación que sufre el espíritu humano sometido a la arrolladora máquina estatal soviética que se empeña en desligarlo de su individualidad y oprimirlo hasta dejarlo sin pizca de dignidad.
Este es un libro imprescindible, que toda persona debe leer, uno de esos libros que cambian la vida si se los lee a conciencia y en el momento indicado.

Sostiene Pereira
de Antonio Tabucchi
La novela más conocida del recientemente fallecido autor italiano y amante de Portugal narra la historia de Pereira, un veterano periodista portugués dedicado a escribir la página cultural de un periódico de reciente creación durante la dictadura salazarista. Pereira, recientemente viudo, se dedica a escribir por adelantado necrológicas de escritores que él considera importantes. Todo va bien hasta que contrata a un ayudante, quien está relacionado con la resistencia y el relato se sumerge en una serie de acontecimientos que atrapan, fascinan e indignan.
Notable la maestría narrativa de Tabucchi y su habilidad para meternos en la piel, cerebro y alma de este personaje memorable.
Un buena novela, de fácil y atrapante lectura que nos lleva al Portugal de los treinta y nos hace dar ganas de comer omelette a las finas hierbas.

Vida y destino
de Vasili Grossman
Por más que me he esforzado en recordarlo no doy con la última vez que me puse a llorar leyendo un libro. Pues bien, los tres primero días de lectura de este… no sé cómo expresarlo, poco sería obra maestra, rompí en llanto.
Un colosal texto (tanto por su calidad como por su extensión: mil ciento cuatro caras en la edición de Debols!llo) que narra varias historias que giran en torno a la batalla de Stalingrado en la segunda guerra mundial.
Con más de ciento cincuenta personajes (al mejor estilo ruso) cualquier podría creer que fácil será perderse, pero no es así, la fuerza con la que Grossman nos hace vivir estas historias no nos permite olvidarlos.
Una novela extraordinaria, de las más grandes representantes de su género, testimonio del alma de una época.





El pájaro pintado
de Jerzy Kosinski
Mucho me habían recomendado Pasos de Kosinski y no pocas veces estuve a punto de comprarla, pero cuando por fin me acerqué a hacerlo, alguien más inteligente que yo ya lo había hecho. Arrepentido, estuve buceando en otras librerías, algo que me haga no sumergirme de nuevo en Roth (tengo en lista de espera unas seis que me miran tentadoras todos los días desde mi escritorio) cuando me encuentro con El pájaro pintado. Tan bien me habían hablado de Pasos que me dije que el autor seguro sería extraordinario y valdría la pena intentarlo con esta otra novela.
Hojeando Cómo leer y por qué de Harold Bloom leo que este famoso crítico estadounidense abandonó varias veces la lectura de Meridiano de Sangre por su brutalidad y violencia. Yo, luego de leer la mencionada novela de McCarthy no entendía el porqué de su afirmación y me parecía algo exagerada. Ahora leyendo El pájaro pintado he sentido un sensación como la que experimentó Bloom con la de Meridiano de Sangre. Nunca en mi vida he dejado un libro por lo perturbador de su contenido, pero debo admitir que leyendo El pájaro pintado de Kosinski estuve a punto de hacerlo por miedo a los pensamientos que me atormentarían si continuara. Si lo hice no es porque quisiera, el libro me atenazó y no permitió mi retirada, no pude concretar mis planes de huida porque este maldito libro se hizo de mi voluntad y me obligó a terminarlo.
Un niño de seis años de cabello y ojos oscuros es entregado por sus padres a un hombre que se encargaría de buscarle un hogar para poder sobrevivir la segunda guerra mundial ante la amenaza del holocausto nazi. El niño va a parar a la casa de una supersticiosa señora que lamentablemente muere en un accidente. El niño huye de su casa y va de pueblo en pueblo buscando cobijo. A veces lo acogen, la mayoría no. Pero cuando lo hacen no dura mucho, siempre la tragedia hace su aparición y obliga al niño a buscar otro hogar.
El recorrido del niño por estas aldeas da testimonio del carácter supersticioso y brutal de los campesinos de esta zona y por extensión del hombre en general. Una narración que evidencia como ninguna la podredumbre en la que se revuelca el espíritu humano, capaz de crueldad gratuita y sin límites.

martes, 10 de julio de 2012

Junio


Luz de agosto
De William Faulkner

Cuando conocí a mi gran amigo y mentor, Juan Pablo Torres, lo primero que me preguntó, luego de saber que estaba publicando mi primer libro, era si había leído a Faulkner. Yo le respondí que, salvo Una rosa para Emily, no había leído nada de él. Juan Pablo no me lo dijo explícitamente, mas yo me di cuenta que era un verdadero atrevimiento no haber leído a Faulkner y pretender publicar un libro. Ahora, luego de casi diez meses de la publicación de esa suerte de meconio titulado El hombre de a cero, he leído Luz de agosto de Faulkner (libro que Juan Pablo me recomendó para empezar con Faulkner). Luego de haberlo terminado me doy cuenta del grave error que cometí.
En Luz de agosto, Lena Grove emprende la búsqueda del hombre que la embarazó y con el que espera encontrarse para iniciar una nueva vida en familia. Paralelamente se cuenta la historia de Joe Christmas, un negro al que se hace pasar por blanco en sus primeros años, y su duro crecimiento, primero en un orfanato, luego con un padre adoptivo estricto y fanático y luego en el pueblo de Jefferson, donde termina asesinado por la masa ardiente e inhumana que conforma los habitantes del extremadamente racista sur profundo de los Estados Unidos.
Novela indispensable, de estructura complicada, pero apasionante, que desnuda a los sucesores de este genio estadounidense y nos muestra su verdadera grandeza. Abarca mucho y aprieta mucho. Gran maestro.

La conciencia de Zeno
de Italos Svevo
No podría afirmar, sin temor a equivocarme, que La conciencia de Zeno sea la mejor novela italiana del siglo veinte, ya que tenemos a El desierto de los Tártaros de Buzzatti y a Sostiene Pereira de Tabucchi y aún no he leído ni el Gatopardo ni las novelas de Moravia ni las de Pavese ni muchísimas otras; pero de que es una obra maestra, es una obra maestra. Un autentico novelón.
Zeno Cosini es un adicto al tabaco un tanto hipocondriaco además de un pésimo hombre de negocios. Él se somete a unas sesiones de psicoanálisis con su psiquiatra y este le recomienda escribir su autobiografía como terapia. En ella hilvana recuerdos que van construyendo un personaje inolvidable y a veces bastante cómico.
Obra exquisita, de humor excéntrico (humor que vale la pena estudiar) y reflexiones insólitas.

Viaje al fin de la noche
De Louis Ferdinand Celine
Ferdinand Bardamu, especie de alterego del autor, en un momento de locura se enrola en el ejército francés en plena I Guerra Mundial, hastiado de los horrores de esta, es enviado a las colonias francesas en África, de donde también escapa pero es tomado por galeote en un barco en el que llega a Norteamérica, de donde, luego de una serie de desengaños, vuelve a Francia para terminar sus estudios de medicina y ejercer su profesión en un pobre barrio parisino, para terminar administrando una extraña clínica.
Maldito libro. Desgarrador y deprimente. Creí que su lectura sería vertiginosa y atrapante, pero en mi caso no fue así. Demoré bastante en leerlo y no lo aprehendí como hubiera querido. Quedé fascinado, eso sí, por la cantidad de belleza extraordinaria que encontraba en cada página, en cada oración, en cada frase.

martes, 3 de julio de 2012

Placer


Muchos objetivos se pueden perseguir al abordar un libro, pero uno de los más sinceros y gratificantes es la búsqueda de placer. El placer que puede dar un libro es incomparable.
De todos los libros que he leído hay muchos que me han causado una impresión tremenda, que me han ocasionado vértigo por su magnitud y genialidad, pero su lectura no siempre me ha sido extraordinariamente grata. Por ejemplo Pastoral Americana me parece la mejor novela de Philiph Roth (de las que he leído), es realmente magnífica e incomparable, luego de terminarla quede aturdido y sin poder reaccionar, sin embargo mientras leía El mal de Portnoy, del mismo autor, me regocijaba más, gozaba con cada página y no podía parar de leerlo. Algo parecido me parecido me pasó con Hijos de la Medianoche de Salman Rushdie y Cien años de soledad. Hijos de la medianoche me mantuvo pegado al libro, disfrutándo un goce sin comparación; mientras que Cien años de soledad, aunque definitivamente me parece una novela mejor que la anterior, no me causó tanto placer.
Por eso hace un par de semanas me propuse hacer una lista de los libros que más placer me han causado y resultó la que sigue (no tiene orden):

  • Tres tristes tigres – Guillemor Cabrera Infante
  • Hijos de la medianoche- Salman Rushdie
  • El desierto de los Tártaros- Dino Buzzatti
  • El mal de Portnoy- Philiph Roth
  • Un amigo de Kafka y otros cuentos- Isaac Bashevis Singer
  • La palabra del mudo- Julio Ramón Ribeyro
  • El maestro y Margarita- Mijail Bulgákov
  • La marcha de Radetsky- Joseph Roth
  • La guerra silenciosa- Manuel Scorza
  • El beso de la mujer araña- Manuel Puig
  • Don Quijote de la Mancha- Cervantes
  • El mundo según Garp- John Irving
  • La amigdalitis de Tarzán- Alfredo Bryce
Luego de hacer esta lista le pedí a tres amigos (Juan Pablo Torres, Jorge Monteza y Giovanni Barletti), grandes lectores y narradores (aunque la afirmación anterior no se haya comprobado todavía en uno de ellos ja ja), que redactaran las suyas, con un aproximado de diez libros por lista. Aquí se las dejo:

Juan Pablo Torres
  • Bajo el volcán, de Macolm Lowry.
  • Guerra y paz, de Lev Tolstoi.
  • Teatro (sí, casi cualquier página), de William Shakespeare.
  • En busca del tiempo perdido (todo, pero especialmente, A la sombra de las muchachas en flor), de Marcel Proust.
  • ¡Absalón, Absalón!, de William Faulkner.
  • La trilogía de Depford (sobre todo El quinto en discordia), de Robertson Davies.
  • Los reconocimientos, de William Gaddis.
  • Suttree, de Cormac McCarthy.
  • Llámalo sueño, de Henry Roth.
  • El gran sertón: Veredas, de Joao Guimaraes Rosa.
  • El teatro de Sabbath, de Philip Roth.
  • Del tiempo y el río, de Thomas Wolfe.
  • La marcha Radetzky, de Joseph Roth.

Jorge Monteza
Copio (sin autorización del autor) una aclaración antes de mostrar su lista:
Estimado joven de a-cero: tu planteamiento me sugiere la siguiente digresión: En literatura se me hace imposible separar lo bueno de lo placentero. Que no siendo lo mismo, desembocan en lo mismo: buena literatura. Aquella que es buena precisamente porque nos proporciona goce intelectual (como sugería Borges) y goce estético a la vez. Aunque la literatura se asemeja en muchas cosas a las mujeres se diferencia en algo sustancial: la mujer que es buena no siempre es la mujer que está buena. El hecho de que se pueda hallar ocasional y casi excepcionalmente en una mujer con ambas cualidades no quiere decir que estas no se distingan. En la literatura esto no se puede. Haciendo esa aclaración y sin traicionar ese principio, hago una lista de diez libros:

  • El Quijote / Miguel de Cervantes
  • Los viajes de Gulliver / Jonathan Swift
  • El nombre de la rosa / Umberto Eco 
  • El poder y la gloria / Graham Greene
  • Las olas / Virginia Woolf
  • Luz de agosto / William Faulkner
  • Ficciones / Jorge Luis Borges
  • La metamorfosis y otros cuentos / Franz Kafka
  • Las ciudades invisibles / Italo Calvino
  • Todos los cuentos / Julio Cortázar
  • Los ríos profundos / José María Arguedas
  • Un mundo feliz / Aldous Huxley
  • La insoportable levedad del ser / Milan Kundera
  • El extraño caso de doctor Jelyll y Mr. Hyde y otro relatos / Robert L. Stevenson.

Giovanni Barletti
  • Catedral/ Raymond Carver.
  • Cartas a Theo/ Vincent Van Gogh
  • La casa de cartón/ Martín Adán
  • Cuentos/ Ernest Hemingway  
  • Cuentos completos/ Julio Cortázar
  • Winesburg Ohio/ Sherwood Anderson        
  • A sangre fría/ Truman Capote 
  • Los miserables/ Víctor Hugo
  • Dublineses/ James Joyce        
  • En el camino/ Jack Kerouac    
  • Cuentos completos/ F.S. Fitzgerald
  • Los detectives salvajes/ Roberto Bolaño

Copio (con autorización del autor) un texto que escribió para la ocasión.
No sin esfuerzo he tenido que hurgar en mi mente para recordar aquellos libros me proporcionaron gran placer. Quizás no sean los mejores que he leído (algunos sí), pero de sus lecturas guardo especial constancia no sólo por su maestría sino porque llegaron a mí en épocas inmejorables, de inquietudes estéticas satisfechas y acontecimientos personales que alegraron aún más mi existencia. Catedral fue un verdadero deslumbramiento por la simpleza del lenguaje y el significado implícito que puede guardar cada palabra. Vincent Van Gogh se convirtió inmediatamente en mi ídolo con sus atribuladas cartas y su pasión desmedida por comprender el arte, la vida y todo. No en vano dijo Henry Miller que esas cartas significan la victoria del hombre sobre el arte. La Casa de Cartón fue el más placentero de todos, mil veces lo he leído y siempre ando buscando excusas para abrirlo de nuevo. Los cuentos de Cortázar me hacen reír, entristecerme, sorprenderme como un niño, como alguien que lee por vez primera un texto. Acostumbrado como estoy a despanzurrar los libros en pos de aprender algo con Cortázar quedo indefenso, no puedo. Leí Los miserables y Los detectives salvajes en el verano del 2011, época especialmente feliz de mi vida y sus lecturas supieron adecuarse con la idea de que todo puede perfecto siquiera por unos días. Winesburg Ohio es un libro hermoso y mientras lo leía las preocupaciones y tribulaciones de George Willard eran también las mías. Los 49 cuentos de Hemingway hicieron que replanteara mi narrativa, además que siempre recuerdo escenas de sus cuentos cuando camino por la calle o atravieso el campo en Moquegua. Debí batir algún record mundial de lectura leyendo A sangre fría. ¡Demasiado interesante! Joyce es un maestro y siento un placer inconmensurable cuando me topo con un cuento epifánico. En el camino fue muy especial porque para mí era como ir en el asiento trasero de esos carros desvencijados que se agenciaba Dean Moriarty para atravesar Estados Unidos y desafiar el stablishment que tanto jode la vida. Por último, F. S. Fitzgerald es un maestro y apenas leí el primer tomo de sus cuentos supe que no me detendría hasta conocer toda su obra.

Aunque acepto que existe una gran dificultad para la confección de estas listas, por lo expuesto por Monteza, y porque deberíamos primero definir con exactitud qué es el placer (tarea imposible), exhorto a quien quiera a que haga la suya propia y la comparta para que todos podamos sentir el placer que nos ofrecen sus maravillosos libros.