martes, 3 de julio de 2012

Placer


Muchos objetivos se pueden perseguir al abordar un libro, pero uno de los más sinceros y gratificantes es la búsqueda de placer. El placer que puede dar un libro es incomparable.
De todos los libros que he leído hay muchos que me han causado una impresión tremenda, que me han ocasionado vértigo por su magnitud y genialidad, pero su lectura no siempre me ha sido extraordinariamente grata. Por ejemplo Pastoral Americana me parece la mejor novela de Philiph Roth (de las que he leído), es realmente magnífica e incomparable, luego de terminarla quede aturdido y sin poder reaccionar, sin embargo mientras leía El mal de Portnoy, del mismo autor, me regocijaba más, gozaba con cada página y no podía parar de leerlo. Algo parecido me parecido me pasó con Hijos de la Medianoche de Salman Rushdie y Cien años de soledad. Hijos de la medianoche me mantuvo pegado al libro, disfrutándo un goce sin comparación; mientras que Cien años de soledad, aunque definitivamente me parece una novela mejor que la anterior, no me causó tanto placer.
Por eso hace un par de semanas me propuse hacer una lista de los libros que más placer me han causado y resultó la que sigue (no tiene orden):

  • Tres tristes tigres – Guillemor Cabrera Infante
  • Hijos de la medianoche- Salman Rushdie
  • El desierto de los Tártaros- Dino Buzzatti
  • El mal de Portnoy- Philiph Roth
  • Un amigo de Kafka y otros cuentos- Isaac Bashevis Singer
  • La palabra del mudo- Julio Ramón Ribeyro
  • El maestro y Margarita- Mijail Bulgákov
  • La marcha de Radetsky- Joseph Roth
  • La guerra silenciosa- Manuel Scorza
  • El beso de la mujer araña- Manuel Puig
  • Don Quijote de la Mancha- Cervantes
  • El mundo según Garp- John Irving
  • La amigdalitis de Tarzán- Alfredo Bryce
Luego de hacer esta lista le pedí a tres amigos (Juan Pablo Torres, Jorge Monteza y Giovanni Barletti), grandes lectores y narradores (aunque la afirmación anterior no se haya comprobado todavía en uno de ellos ja ja), que redactaran las suyas, con un aproximado de diez libros por lista. Aquí se las dejo:

Juan Pablo Torres
  • Bajo el volcán, de Macolm Lowry.
  • Guerra y paz, de Lev Tolstoi.
  • Teatro (sí, casi cualquier página), de William Shakespeare.
  • En busca del tiempo perdido (todo, pero especialmente, A la sombra de las muchachas en flor), de Marcel Proust.
  • ¡Absalón, Absalón!, de William Faulkner.
  • La trilogía de Depford (sobre todo El quinto en discordia), de Robertson Davies.
  • Los reconocimientos, de William Gaddis.
  • Suttree, de Cormac McCarthy.
  • Llámalo sueño, de Henry Roth.
  • El gran sertón: Veredas, de Joao Guimaraes Rosa.
  • El teatro de Sabbath, de Philip Roth.
  • Del tiempo y el río, de Thomas Wolfe.
  • La marcha Radetzky, de Joseph Roth.

Jorge Monteza
Copio (sin autorización del autor) una aclaración antes de mostrar su lista:
Estimado joven de a-cero: tu planteamiento me sugiere la siguiente digresión: En literatura se me hace imposible separar lo bueno de lo placentero. Que no siendo lo mismo, desembocan en lo mismo: buena literatura. Aquella que es buena precisamente porque nos proporciona goce intelectual (como sugería Borges) y goce estético a la vez. Aunque la literatura se asemeja en muchas cosas a las mujeres se diferencia en algo sustancial: la mujer que es buena no siempre es la mujer que está buena. El hecho de que se pueda hallar ocasional y casi excepcionalmente en una mujer con ambas cualidades no quiere decir que estas no se distingan. En la literatura esto no se puede. Haciendo esa aclaración y sin traicionar ese principio, hago una lista de diez libros:

  • El Quijote / Miguel de Cervantes
  • Los viajes de Gulliver / Jonathan Swift
  • El nombre de la rosa / Umberto Eco 
  • El poder y la gloria / Graham Greene
  • Las olas / Virginia Woolf
  • Luz de agosto / William Faulkner
  • Ficciones / Jorge Luis Borges
  • La metamorfosis y otros cuentos / Franz Kafka
  • Las ciudades invisibles / Italo Calvino
  • Todos los cuentos / Julio Cortázar
  • Los ríos profundos / José María Arguedas
  • Un mundo feliz / Aldous Huxley
  • La insoportable levedad del ser / Milan Kundera
  • El extraño caso de doctor Jelyll y Mr. Hyde y otro relatos / Robert L. Stevenson.

Giovanni Barletti
  • Catedral/ Raymond Carver.
  • Cartas a Theo/ Vincent Van Gogh
  • La casa de cartón/ Martín Adán
  • Cuentos/ Ernest Hemingway  
  • Cuentos completos/ Julio Cortázar
  • Winesburg Ohio/ Sherwood Anderson        
  • A sangre fría/ Truman Capote 
  • Los miserables/ Víctor Hugo
  • Dublineses/ James Joyce        
  • En el camino/ Jack Kerouac    
  • Cuentos completos/ F.S. Fitzgerald
  • Los detectives salvajes/ Roberto Bolaño

Copio (con autorización del autor) un texto que escribió para la ocasión.
No sin esfuerzo he tenido que hurgar en mi mente para recordar aquellos libros me proporcionaron gran placer. Quizás no sean los mejores que he leído (algunos sí), pero de sus lecturas guardo especial constancia no sólo por su maestría sino porque llegaron a mí en épocas inmejorables, de inquietudes estéticas satisfechas y acontecimientos personales que alegraron aún más mi existencia. Catedral fue un verdadero deslumbramiento por la simpleza del lenguaje y el significado implícito que puede guardar cada palabra. Vincent Van Gogh se convirtió inmediatamente en mi ídolo con sus atribuladas cartas y su pasión desmedida por comprender el arte, la vida y todo. No en vano dijo Henry Miller que esas cartas significan la victoria del hombre sobre el arte. La Casa de Cartón fue el más placentero de todos, mil veces lo he leído y siempre ando buscando excusas para abrirlo de nuevo. Los cuentos de Cortázar me hacen reír, entristecerme, sorprenderme como un niño, como alguien que lee por vez primera un texto. Acostumbrado como estoy a despanzurrar los libros en pos de aprender algo con Cortázar quedo indefenso, no puedo. Leí Los miserables y Los detectives salvajes en el verano del 2011, época especialmente feliz de mi vida y sus lecturas supieron adecuarse con la idea de que todo puede perfecto siquiera por unos días. Winesburg Ohio es un libro hermoso y mientras lo leía las preocupaciones y tribulaciones de George Willard eran también las mías. Los 49 cuentos de Hemingway hicieron que replanteara mi narrativa, además que siempre recuerdo escenas de sus cuentos cuando camino por la calle o atravieso el campo en Moquegua. Debí batir algún record mundial de lectura leyendo A sangre fría. ¡Demasiado interesante! Joyce es un maestro y siento un placer inconmensurable cuando me topo con un cuento epifánico. En el camino fue muy especial porque para mí era como ir en el asiento trasero de esos carros desvencijados que se agenciaba Dean Moriarty para atravesar Estados Unidos y desafiar el stablishment que tanto jode la vida. Por último, F. S. Fitzgerald es un maestro y apenas leí el primer tomo de sus cuentos supe que no me detendría hasta conocer toda su obra.

Aunque acepto que existe una gran dificultad para la confección de estas listas, por lo expuesto por Monteza, y porque deberíamos primero definir con exactitud qué es el placer (tarea imposible), exhorto a quien quiera a que haga la suya propia y la comparta para que todos podamos sentir el placer que nos ofrecen sus maravillosos libros.

2 comentarios:

  1. Los Inocentes - Reynoso
    Los Detectives Salvajes - Bolaño
    Obra poética - Vallejo
    La maravillosa vida breve de Óscar Wao - Díaz
    Garabombo el invisible - Scorza
    Elogios Criminales - Chang
    La conjura de los necios - Toole
    El Principito - Exupery
    NU/DO - Eielson
    Bestiario - Cortázar
    Las Islas - Yushimito

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    1. Gracias por tu respuesta Augusto. A mi me divirtió mucho La maravillosa vida breve de Óscar Wao y ni qué decir de Garabombo. También me muero por leer La conjura de los necios.

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